¿Qué están haciendo las marcas frente a los discursos de odio?

Estos días nos encontramos preparando una investigación sobre discursos de odio en Youtube en relación a un proyecto que hemos desarrollado en los últimos años. Consultado la bibliografía sobre el tema sorprende lo poco o nada que se está hablando sobre el papel de las marcas antes los nuevos discursos, que se generan masivamente en la web social y tienen una alta capacidad de influencia en nuestras vidas. Esto discursos se forman mediante el estereotipo y el prejuicio, se perpetúan mediante el anonimato en la mayoría de los casos y atentan contra la imagen y por ende la seguridad de colectivos como las personas inmigrantes, las mujeres o las personas LGTBI.

Uno de los mayores ejemplos de cómo nos influyen los discursos de odio, ya ha sido comentado en este blog de marketing sostenible, en publicaciones anteriores hablábamos del “fenómeno Trump” o "la paradoja VOX" y cómo un personaje que genera sentimientos de odio contra personas migrantes o mujeres ha conseguido alcanzar el estatus de poder más alto en EEUU, con una capacidad para captar y mantener la atención de los medios y de las personas como nunca antes habíamos visto.

Uno de los motivos, lo comentaba mi compañero y hace alusión a un descubrimiento de la psicología del comportamiento, la cual explica cómo sentimos hasta tres veces más las emociones negativas que las positivas, de tal forma que las emociones negativas perduran en nuestra psique más tiempo que las buenas emociones.

 

 

Todo esto trata de conexiones emocionales, pero ahora que ya entendemos porque calan y perduran estos discursos y sus protagonistas, la gran pregunta sería ¿por qué no aprovechamos nuestro poder como marcas para generar conexiones emocionales capaces de combatir los discursos de odio?

Como decía al comienzo, hay poco o nada sobre marcas y discursos que atentan contra los derechos humanos, mientras estos discursos encuentran su aceptación social y se traducen en políticas y políticos que amenazan los derechos, especialmente, de los colectivos más vulnerables, el debate en investigación se ha centrado en los límites de la libertad de expresión.

Por supuesto, este será por mucho tiempo un debate difícil de resolver, no obstante, lo que tenemos delante de nosotros como gestores de marca es un debate que se eleva a un estado mayor de conciencia, tan elevado como es el principio universal de respetar los derechos humano.

Nos encontramos con amenazas que están afectando a la vida de millones de personas y a la sostenibilidad de nuestro Planeta, urgen las actuaciones y como marcas podemos llevarlas a cabo. Hasta la fecha, algunas de las campañas que se han puesto en marcha para frenar los discursos de odio son:

 

- El primer ejemplo es este anuncio “The Washington Post” que aborda dos de los principales caminos para desmontar los discursos de odio y la injusticia. Uno de ellos es el papel de responsabilidad social de los medios de comunicación y sus profesionales, porque a través de sus narrativas pueden contribuir a la segunda vía para frenar estos discursos y que el medio define a través del lema “Porque el conocimiento nos empodera, el conocimiento nos ayuda a decidir, el conocimiento nos ayuda a ser libres”.

 

- Hasta la fecha, las principales organizaciones que se están dedicando a desmontar estos prejuicios y discursos ponen el foco de atención en el entorno online y en las nuevas plataformas de comunicación social, a través de ellas la información falsa o “fake news” fluyen sin ningún tipo de control y sin ningún principio de deontología o ética del periodismo.

 

Por ello y con el objetivo de llegar a la población más joven, como público que utiliza masivamente estos nuevos medios de información, el Injuve (Instituto de la Juventud) ha trabajado apoyando la campaña juvenil del Movimiento No Hate Speech del Consejo de Europa. Uno de los recurso generados ha sido el “Manual Orientaciones”, como un recurso educativo para trabajar desde los derechos humanos los discursos de odio en Internet.

 

- Pero si hablamos de información e Internet, no pueden pasar por alto las grandes marcas que están al frente de los flujos de información. Por un lado, nos encontramos el ejemplo de WhatsApp, que en 2018 y tras unos sucesos violentos acaecidos en India como resultado de contenidos falsos transmitidos través de sus canales, decidió emprender una campaña para alertar del peligro de creer toda la información sin contrastar, que llega a través de su plataforma.

 

Y si volvemos a España, otro gigante para el que no ha pasado desapercibida la responsabilidad social es Google, que se ha apoyado en la influencia que causan los youtubers e influencers para sensibilizar y concienciar a las personas jóvenes.

 

La campaña #SomosMás emprende este 2019 ya su segunda edición con embajadores como Devermut, Koko DC, Zahia EB, Tekendo o Ro en la Red. Este el video promocional de la campaña:

 

Este año la campaña suma el #DaleLaVuelta contra el discurso del odio y el radicalismo. La campaña que se centra en Youtube cuenta además con el apoyo de la red AWARE, FESP UGT (a través de Aula Intercultural) y la Fundación Jóvenes y Desarrollo.


Cristina Sanabria Lagar: Soy una cuidadosa y sensible investigadora de la comunicación responsable, social y ética; de la publicidad y el marketing sostenible. Lidero un proyecto en el que defendemos una forma de trabajo que no sólo puede hacer del mundo un lugar mejor, sino también ayudará a diferenciar a tu empresa y elevar su valor.