22 países acordaron establecer rutas marítimas ecológicas. Eso es una gran noticia.

La nueva iniciativa podría conducir a una industria marítima más limpia.


La COP26 no produjo los grandes avances para el cambio climático que muchos esperaban. Sin embargo, para el transporte marítimo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático fue un gran éxito.

Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, España y otros, 21 países en total, firmaron la Declaración de Clydebank https://ukcop26.org/cop-26-clydebank-declaration-for-green-shipping-corridors/ para Corredores de Transporte Verdes, un nuevo marco para reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero del transporte marítimo. Los signatarios se comprometen a establecer "rutas marítimas de emisión cero" para los buques que utilicen combustibles marinos limpios como el metanol o el amoníaco.

Planean establecer seis de estos corredores verdes para 2025 y ampliar su escala "apoyando el establecimiento de más rutas, rutas más largas y / o teniendo más barcos en las mismas rutas", según la declaración. Esta iniciativa no solo puede ayudar a construir industrias marítimas limpias, sino también a generar apoyo para políticas climáticas más ambiciosas en el transporte marítimo.

Cuando se trata de envíos ecológicos hay mucha política involucrada, y la declaración de Clydebank está lejos de ser perfecta. En este sentido, la declaración no es un tratado vinculante y carece de mecanismos de cumplimiento y objetivos claros de inversión y reducción de energía. Sin embargo, las organizaciones ambientales ven este anuncio como un hito importante para la descarbonización de la industria marítima. Es un inicio que sin duda ayudará a allanar el camino para eliminar las emisiones de los puertos y el transporte marítimo. O eso se espera.

El transporte marítimo es una fuente importante de emisiones

Cada año, el sector emite más de mil millones de toneladas de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.

Reducir las emisiones del transporte marítimo es fundamental para implementar el acuerdo climático de París de 2015 y limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.

La declaración de Clydebank traza un camino para la transición a la energía verde en el transporte marítimo. La idea principal aquí es apoyar el desarrollo de combustibles limpios y mitigar los riesgos de los "pioneros" en las tecnologías renovables.

Los países signatarios cooperarán con la industria marina para invertir en infraestructura portuaria limpia y establecer programas integrales para actividades de transporte marítimo ecológico. También desarrollarán marcos regulatorios e incentivos para movilizar la demanda de embarcaciones de emisión cero en rutas específicas. Esto incluye la ruta de contenedores Asia-Europa, que actualmente genera más emisiones que cualquier otra ruta de envío. La esperanza es que los corredores de envío ecológicos generen efectos secundarios y ayuden a canalizar la descarbonización de las cadenas de suministro marítimas mundiales.

¿Han aprendido los policymakers de los errores del pasado?

Los países ya habían intentado antes reducir las emisiones del transporte marítimo imponiendo un impuesto al carbono y estándares de eficiencia de combustible en la industria. Esta ha sido la tarea de la Organización Marítima Internacional (OMI), la agencia de las Naciones Unidas responsable de regular el transporte marítimo.

Pero basta con una sencilla búsqueda en Google para darse cuenta que la OMI está dominada por asociaciones de transporte y países con fuertes intereses en los envíos, que generalmente se oponen a las regulaciones climáticas que aumentan sus costes. Esto incluye a los principales países propietarios de barcos como Grecia y Japón, países que ofrecen banderas de conveniencia como Panamá y Liberia, y países que dependen mucho de la exportación como como Rusia, China y Brasil. Estos países, según ha demostrado una investigación reciente https://www.nytimes.com/2021/06/03/world/europe/climate-change-un-international-maritime-organization.html , se han coludido con la industria marítima para bloquear las regulaciones efectivas sobre el cambio climático en la OMI.



Así que parece que sí han aprendido de esta experiencia. Con la declaración de Clydebank, están adoptando un enfoque diferente para reducir las emisiones marítimas. La declaración de Clydebank no depende de la OMI ni impone medidas punitivas que aumenten los costos de envío, como un impuesto global al carbono.

En cambio, los países de Clydebank tienen la intención de proporcionar incentivos positivos, utilizando políticas industriales y asociaciones público-privadas, para fomentar la adaptación de combustibles y tecnologías verdes. Su objetivo principal es desarrollar industrias marinas limpias y construir coaliciones ganadoras para políticas que aborden el cambio climático en el transporte marítimo.