Construyendo marcas sobre deseos en conflicto

El motor que hay en todas las tendencias artísticas, de comportamiento, de consumo que han existido ha sido la tensión constante entre el individualismo y la inclusión.

Antes del coronavirus queríamos maximizar nuestra individualidad y, al mismo tiempo, queríamos maximizar la pertenencia a un grupo demográfico, un grupo de intereses comunes, un grupo con valores compartidos, una comunidad local, un club, etc.

Pienso que el coronavirus ha alterado este panorama: ha cambiado y ha recreado una nueva mentalidad de valores. Esta alteración tiene importantes implicaciones para los negocios. A medida que nos preparamos para el largo plazo de la pandemia, nuestros motivadores se han transformado: el aislamiento y la inclusión. Estos dos deseos en conflicto con la necesidad de estar aislado y la necesidad de pertenecer. Y esto está cambiando la forma en la que vivimos. Las empresas exitosas están aprovechando la nueva realidad de estar separados y juntos al mismo tiempo.

El aislamiento está creando algunas tendencias muy visibles. Por supuesto estar en cuarentena y alejados de los demás es terrible, pero el aislamiento nos ha ayudado a ser más autosuficientes y creativos. Hay miles de experiencias y acciones de marcas que lo corroboran. Pero todas ellas han tenido algo en común, no se han centrado en una sola parte de la nueva era. No han pensado en el aislamiento o la inclusión sino que las marcas que aprovechan la intersección del aislamiento y la inclusión saldrán de la pandemia más fuertes y con una base de clientes más leal.

No elegimos estar aislados, pero lo estamos y debemos estar. Los efectos del aislamiento son dramáticos. Los sociólogos creen que muchos de los hábitos que desarrollamos en nuestro aislamiento permanecerán. Las marcas que capturan y optimizan los beneficios tanto del aislamiento como de la inclusión tienen la ventaja.

Scouts de España, el País o el New York times han sacado secciones en sus webs con una variedad increíble de actividades interesantes para hacer con los hijos.  


Las marcas son ideas complejas y multidimensionales. Una promesa unidimensional no es un camino para un crecimiento rentable duradero. Especialmente hoy, en un mundo incierto, lo suficientemente bueno no es suficiente. Queremos que las marcas nos ayuden a optimizar tanto nuestra necesidad de la seguridad del aislamiento como nuestro deseo innato e imperioso de pertenecer.