El papel del Branded Content en la construcción de marcas

El Branded Content trata sobre la poderosa intersección entre marcas, cultura y personas. No es una disciplina. Es una nueva mentalidad y cultura. Se refiere a una nueva forma en que las marcas se conectan con los corazones de las personas sin interrumpir sus vidas, de la manera antigua y egocéntrica en la que lo hacía el marketing. Consiste en entregar mensajes relevantes que tienen sentido y significado para la audiencia.


El Branded content y la publicidad pertenecen a diferentes planetas: mientras que la publicidad es lo que la marca quiere decir sobre sí misma, el contenido de marca es lo que el público quiere escuchar.

 

Mucha información, poco significado

En la vida posmoderna hoy del mundo hiperconectado, disperso, inmediato, el lenguaje se está colapsando, las relaciones entre personas cada vez más se basan en imágenes, y como dejó escrito Guy Debord en su libro "Society. Of teh Spectacle", seguimos reproduciendo los micro-espéctaculos de nuestra vida cotidiana, pero cada vez con más audiencia.


Vivimos en un mundo donde hay más y más información pero cada vez menos significado. Sin embargo, cuanto más avanza la tecnolgía, más prevalece la humanidad porque la tecnología intensifica la necesidad humana natural de conexión emocional y la necesidad de oir y contar historias que nos hagan humanos.


Y ¿qué significa esto para las marcas? Muy sencillo, que primero debemos elegir la verdad sostenible como una manera de significar a la audiencia antes de decidir contarles una historia. Cuando la verdad sostenible de la marca está en sintonía con la verdad y los valores de las personas a través de historias humanísticas, crear valor y llevar la relación entre las marcas y las personas pasará a otro nivel.
Hay algunos grandes ejemplos de narrativas de marca significativas. La “Música de la mente” de Volvo. “Nunca solo: la historia de Gareth”. El documental Lo y Behold de Netscout, dirigido por Werner Herzog. "Meet Cathleen", lanzada por Dove y Shonda Rhimes como parte de la campaña "Real Beauty" de Dove. El convincente “Justino” de la Lotería de Navidad.


La gran revolución del marketing ocurre cuando una marca realmente se pone en el lugar de las personas. ¿Pero cómo? Abrazar el compromiso de representar a la sociedad y atreverse a transformar la cultura comenzando una conversación más amplia, más orientada a las personas y menos orientada a los productos. Contando historias relevantes donde el héroe y protagonista es el público.


Se trata de encontrar la reunión perfecta entre el propósito de la marca y lo que es importante y verdadero para las personas, porque las buenas historias son más grandes que los productos y humanizan las marcas.


La gente puede olvidar lo que las marcas prometen o dicen, incluso lo que hacen. Pero nunca olvidan lo que las marcas les hacen sentir.