Trabajo Infantil

Ayer se celebró el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y desde Harca Marketing Sostenible hemos querido recordar la importancia de que consumidores/as y marcas tengan muy en cuenta que para erradicar el trabajo infantil es necesario que sumemos actos, tanto individuales como colectivos.

Lo primero que hemos hecho, ha sido acceder a los datos que actualiza la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre el contexto mundial del trabajo infantil, y las cifras siguen siendo inmensamente alarmantes. Concretamente, señalan que actualmente hay 156 millones de niños y niñas trabajando en el mundo, casi la mitad lo hacen expuestos/as a trabajos o condiciones peligrosas. De entre este grupo de menores y jóvenes trabajadores/as, casi la mitad tienen entre 5 y 11 años, 42 millones tienen entre 12 y 14 años y 37 millones entre 15 y 17 años. Siendo este último grupo el más expuesto a los trabajos de peligrosidad alta. Son menores y jóvenes, que se encuentran repartidos por África (que concentra casi la mitad del trabajo infantil), seguida por Asia y el Pacífico, las Américas, los Estados Árabes, Europa y Asia Central.

 

Y ante las preguntas que planteábamos antes, conocer estos datos es una de las mejores respuestas, porque como consumidores/as tenemos una responsabilidad ya que disponemos de grandes facilidades para acceder a la información y también para reclamarla. Así que, un primer paso- como decíamos- es visitar las páginas de organismos internacionales como la OIT para saber qué se hace desde ellos, qué se promueve y qué pasos se dan por la sostenibilidad de la infancia, entendida esta como el derecho de los y la menores a crecer y desarrollarse en dignidad.

Además, no sólo podemos investigar y aprovechar los recursos que se nos ofrecen, también podemos compartirlos con otras personas. El lema de este año de la OIT ha sido Por una Generación Segura y Saludable, ya que ha puesto el foco en dos aspectos importantes:

 

  • Retirar a los y las menores del trabajo.

  • Atender a aquellos niños y niñas, y jóvenes que aún estando en edad legal para trabajar, no están capacitados/as para afrontar las tareas, y que en la mayoría de los casos lo hacen en ambientes de trabajo inseguros.

 

 

 

Pero no sólo esto, podemos acudir a las ONG que dedican su labor a destapar y denunciar la malas prácticas empresariales, las prácticas poco éticas e irresponsables. Es el caso de Amnistía Internacional, quien mantiene una demanda abierta para que grandes compañías de móviles vigilen y sean transparentes en relación a la extracción de minerales como el cobalto en la República Democrática del Congo, donde trabajan unos 40.000 menores en la minería

 

¿Qué conseguimos dedicando tiempo a estas campañas? Algo muy valioso, podemos hacer uso de nuestro derecho como consumidores/as de las marcas y hacer presión colectiva para que comprueben si hay o no trabajo infantil y sobre todo, para que hagan pública la información sobre sus proveedores, para que podamos elegir libremente aquellas marcas que están apostando por el bienestar de los y las menores y de la juventud, así como por el desarrollo sostenible.

 

Y como no podía ser de otra manera, hay un tercer camino, y que suma con los anteriores. Podemos acudir a las marcas y averiguar qué están haciendo para solucionar los acuciantes problemas de nuestro mundo.

 

 

En este sentido, una de las marcas que más denuncias ha recibido ha sido Nestlé, por sus impactos medioambientales y sociales, incluso por publicidad engañosa. Hace años que la multinacional se enfrenta a las denuncias sobre su empleo del trabajo infantil en la cadena de suministro del cacao en Costa de Marfil.

 

Es por este motivo que entre 2009 y 2012 la empresa comienza un plan de acción para sacar a los niños y niñas de las plantaciones de cacao. El proyecto ha estado controlado en parte por la Fair Labor Association, quien ha evaluado la cadena de suministro para aconsejar cómo debían trabajar plantear el proyecto.

 

El plan que parece estar vigente desde esas fechas, tiene algunos momentos destacables como 2016, momento en que trabajan con 22 cooperativas agrícolas y año en el que se pretende acceder a todas las cooperativas del país.

 

Podemos resumir que el plan de acción está centrado en identificar a los y las menores en riesgo, ayudar a las familias y colaborar en la escolarización de todos los y las menores vulnerables a través, por ejemplo, de la construcción de escuelas locales.

 

Por último, no podríamos cerrar un post enmarcado dentro de un blog de marketing sostenible sin hacer mención a aquellas opciones que se muestran totalmente transparentes, estamos hablando del comercio justo, que a diferencia de las grandes marcas, controlan que las cooperativas trabajen en las condiciones más justas, que los y las trabajadoras sean remuneradas igualmente y que la relación que se establece entre ellos/as y los y las consumidoras así lo sea también. Por tanto, no dejemos de investigar a las grandes marcas que forman parte de nuestras vidas de una manera o de otra, pero estemos muy pendientes de todas las iniciativas, pequeñas, medianas y más grandes, sostenibles y responsables, que se abren paso para asegurar, entre otros muchos derechos, que los niños y niñas puedan ser justamente eso, niños y niñas.