La paradoja Trump

Según este estudio, en 1997, los consumidores todavía indicaban que tenían un alto nivel de confianza hacia las marcas, 52%. Existe un barómetro Edelman Trust que mide la tendencia de la confianza año a año. En 2015, los estudios señalaron que la confianza en general, en Estados Unidos y en países occidentales, el nivel de confianza estaba cayendo a pasos agigantados, y eso estaba ocurriendo debido a un único motivo. Durante la crisis, las marcas han intentado mantener su nivel de ingresos a costa de los consumidores, no les ha importado engañar e incumplir sus promesas, lo que ha significado una pérdida de confianza y por consiguiente una pérdida de ingresos.

¿Y por qué este clima de desconfianza hacia las marca y los líderes mediáticos no afecta por igual a los políticos? ¿Por qué personas como Donald Trump son cada día más peligrosamente populares? Pues bien, es lo que hemos llamado desde Harca Marketing Sostenible la Paradoja Trump:

La Paradoja Trump:

 Vivimos en una sociedad cada vez más racional. Los grandes avances de la ciencia, la medicina, la tecnología han transformado todos los aspectos de nuestras vidas. La realidad y el pensamiento racional influyen más que nunca en nuestras vidas. Podríamos imaginar una vida en la que seis mil millones de personas vivan sin los avances de los que disfrutamos gracias al cine y películas como Mad Max o The Road , pero no quisiera vivir allí. También hemos madurado como sociedad civil y sabemos que hay que tener paciencia para ver resultados a largo plazo.

Para la mayoría de nosotros, con capacidad racional y dispuestos a discutir basándonos en datos, no hay duda que este enfoque funciona. Es más, funciona tan bien y es tan fácil darlo por sentado y asumir que los grandes avances científicos seguirán llegando, los sistemas funcionando, que los puentes seguirán en pie, etc. etc. que es demasiado fácil perder el interés en extender estos beneficios a aquellos que aún no los tienen. Y también es fácil tener un pensamiento que te esté alejado de esta realidad.

A la vez que los ingenieros fueron capaces de llevar al hombre a la luna, existe una corriente que ve más allá de la realidad que inventó una conspiración para explicar que aquello nunca pasó. Cuando los científicos están cerca de erradicar una enfermedad , estos post-reales centran su diálogos en quién puso tal virus en tal lugar. O a la vez que la medicina que se basa en los casos reales ha mejorado muchas de nuestras enfermedades, los curanderos, osteópatas, y otras personas con profesiones sin base científica o alternativas, están cada vez más en auge en la sociedad occidental.

Así que, cuando Hillary Clinton ha mentido en su campaña, su posición, evidentemente, se ha hecho más débil. Pero cuando Donald Trump miente, le ayuda a reafirmar su posición entre sus seguidores. Un ejemplo es el famoso muro que quiere construir en la frontera de México. Trump mentía estrepitosamente al decir que México lo pagaría. Mentía estrepitosamente pero enardecía a sus seguidores. Eso es porque él no está vendiendo la realidad. Donald Trump está vendiendo algo más. Es confuso para los europeos si pensamos en nuestra democracia, porque no se está trabajando en la misma línea que los candidatos tradicionales.

En esta realidad que nos pinta Donald Trump las palabras no importan tanto como la intención, la emoción o el subtexto. Tiene un discurso más primitivo y emocional, estamos más preocupados en ver cómo nos sentimos con su discurso que si las palabras tienen o no tienen sentido.