Goodvertising




En en libro Goodvertising, el afamado publicista danés Thomas Kolster, trata de responder a estas preguntas:

¿Puede la publicidad ser una fuerza para el bien?

¿Puede lograr un cambio social o ambiental positivo?

¿Puede una marca decirnos siempre la verdad?

En goodvertising abogan porque la industria de la publicidad detenga el empuje del consumo y comience a utilizar la sostenibilidad como su proposición de venta más importante. Las marcas ya lo están haciendo, si queremos un mundo mejor, tenemos que contar una historia mejor. Pero en el marketing sostenible podemos ir un pasito más adelante, queremos que todos los mensajes estén basados en la verdad sostenible, que las marcas abracen la sostenibilidad desde lo más profundo de su cultura corporativa. Aunque este es un tema muy controvertido, por qué que va primero ¿el reflejo de la sociedad en la publicidad, o la publicidad se refleja en la sociedad?

 

Genéricamente se ha dado por cierto que la publicidad generaba modelos de conducta o que al menos, en su influjo era capaz de conducirnos por unos u otros caminos en función de su mensaje.

 

No obstante, si bien la publicidad puede determinar la dirección de nuestras acciones, compras o decisiones, incluso nuestros compromisos, existe también una parte de responsabilidad en la propia sociedad como colectora y perpetuadora de los mensajes publicitarios, así como por ser fuente original de historias de las que se nutre la publicidad.

 

Una vez expuesta esta doble responsabilidad ante lo que vemos/nos transmiten cabría preguntarse además sobre los propios intríngulis del universo publicitario para (al menos) como hemos dicho, guiarnos por sus derroteros y como (máximo) hacer que nos decantemos por una u otra cosa.

 

Conviene diferenciar entre dos tipos de recursos publicitario:

Si en un anuncio nos dicen “Mi producto es el mejor” y nos animan a la compra porque así también nosotros seremos los mejores, nos “invitan” con mayor o menor transparencia o astucia a comprar ese producto a través de la motivación de un deseo (casi en la mayoría de las ocasiones deseo que responde a una corriente puramente hedonista).

Pero si en el anuncio nos animan a ser mejores, siendo nosotros los protagonistas de nuestros propios actos, el producto en sí publicitado cobra otra categoría superior porque está destinado a mejorar la vida de las personas.

Y quizás esta manera de penetrar en nuestras conductas puede ser englobada dentro de una manera más responsable, sostenible y humana de hacer publicidad.

 Sea como fuere, cualquier esfuerzo por parte del marketing por las buenas prácticas, es siempre positivo aunque polémico.

No son pocos los que vinculan estos esfuerzos de marketing como una estrategia cínica que solo pretende vender más. Pero tanto Thomas Kolster en su libro, como desde Harca Marketing Sostenible pensamos que toda ayuda siempre estará bien recibida. Quizás en un principio pueda ser una estrategia espuria, pero a la vista de los resultados del win, win, gana la sociedad, gana la empresa, es una estrategia que se debe colocar como la primera prioridad de todas las marcas. Puede que sea cínica, puede que no, depende de cada uno juzgar a las empresas y dar su opinión, nunca esto fue tan fácil y poderoso como ahora.


Aquí puedes encontrar el libro Goodvertising.

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