Black Friday Sostenible

Una de las grandezas del marketing Sostenible es que pretende hacer girar el modelo de consumo hacia un modelo sostenible. Hoy es el último viernes de Noviembre, y por lo tantos “Viernes negro”. Unos de los días con más índice de compras en todo el mundo.

 

El término "Viernes Negro" fue acuñado en la década de 1960 en Estados Unidos. Tradicionalmente se considera el inicio de la temporada de compras navideñas. Y se celebra todos los viernes, después de Acción de Gracias. Las tiendas minoristas no tardaron en darse cuenta del filón que esto significaba y empezaron a lanzar promociones a todos los usuarios.

El origen del término, tiene dos posibilidades

"Negro" puede referirse a cuando los registros contables se realizaban a mano, y la tinta roja indicaba una pérdida, y la tinta negra un beneficio. Y desde que los grandes almacenes Macy, en 1924, publicitaran el viernes después de Acción de Gracias como el comienzo “no oficial” de la bulliciosa temporada de compras navideña, los registros contables de las tiendas pasaron del Rojo al Negro ese mismo día.

Pero parece que la opción más acertada proviene del departamento de policía de Filadelfia, que para nada tiene en cuenta la rentabilidad. Así que, en algún momento de la década de 1950 o de 1960 - algunos ponen la fecha exactamente en 1966 - el Departamento de Policía de Filadelfia comenzó a referirse al día después de Acción de Gracias como el "Viernes Negro", con la esperanza, poco realista, de que la gente encontrara el asunto de mal gusto y optara por no salir de compras ese día, evitando así las retenciones de tráfico que traían de cabeza a los agentes.

Sea cual fuera el origen del término, ya está en España. Pero antes de lanzarnos a consumir a la calle, queremos dar unas claves, para no sufrir el sábado de reflexión:


1.- Vamos a asumirlo, todos somos consumidores. Ya sean unos lápices de colores, una crema hidratante, o una coca-cola. Y esta es la razón por la que las empresas nos bombardean todos los días de nuestra vida con decenas de mensajes. Según Martin Lindstrom, nuestro cerebro segrega dopamina (se conoce como la hormona de la felicidad) en el momento de la compra, o con la mera posibilidad de la gratificación de la compra. En resumen, vamos a terminar comprando, pero ¿cómo hacerlo para que cuando la dopamina desaparezca de nuestro cerebro no nos sintamos infelices?


2.- Thomas Friedman, uno de los columnistas más reputados del New York Times escribió al inicio de la crisis: “nos topamos con un muro, y la madre naturaleza y el mercado dijeron: "Ya basta". Ahora sabemos racionalmente que una economía basada en el híperconsumo es un esquema de Ponzi, es un castillo de naipes. Aún así nos resulta difícil saber qué hacer individualmente” ¿Cómo se puede evitar este hiperconsumo? Hay tantas formas de tener un consumo responsable como personas en el mundo. Al considerarse el Blak Friday como el inicio de las compras navideñas aconsejamos la siguiente:


3.- Martin Norton, investigador canadiense, realizó un estudio sobre consumo alrededor del mundo, y extrajo la siguiente conclusión: “Si piensas que el dinero no puede comprar la felicidad. No lo estás empleando bien”

Hizo un estudio en lugares muy diversos. Tanto en el primer mundo como en los países subdesarrollados descubrió que las personas que habían gastado dinero en los demás, eran más felices, porque creaban redes sociales con sus personas cercanas. Aquí podéis encontrar el estudio completo


4.- Pero porqué somos felices cuando compramos regalos para los demás. La culpa la tienen las “neuronas espejo”, descubiertas por el estudio de Giacomo Rizzolatti y su equipo. Este investigador estudiaba una zona del cerebro de monos, mediante unos electrodos, registraba la actividad cuando los monos realizaban ciertos gestos. Y descubrieron algo sorprendente, esa parte premotriz del cerebro, se activaba no solo cuando los monos estiraban la mano para coger una nuez, si no también cuando veían a otros monos hacer lo mismo. Estamos programados para ser empáticos.

En conclusión, si no queremos despertarnos con una resaca de derroche, hay que dar el salto a un sistema de consumo más sostenible para construir así nuestra identidad individual y comunitaria.

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