Moda Local - Moda Sostenible

 

Que la crisis económica ha amenazado muchos pequeños comercios es una cruda realidad a la que nos hemos tenido que acostumbrar en los últimos años. Quién no ha comprobado en un paseo cuantos escaparates de los llamados “comercios de toda la vida” han colgado el cartel de cerrado. Lamentablemente demasiados. Estos negocios de toda la vida forman parte de la historia, nos hablan de las ciudades y sus habitantes.


Pero, por suerte, los consumidores volvemos a querer saber de estas historias, apreciamos las buenas historias cargadas de valores. Hoy, la gente se atreve también a emprender su pequeño comercio.

Es lo que ha pasado con la moda, bien por inquietud de una nueva generación de consumidores que quieren diferenciarse o por la motivación de una nueva generación de emprendedores, la verdad es que cada vez hay tiendas de lo que llamaremos moda local.


Para que lo entendamos bien, estas tiendas de moda local se asimilan a las boutiques donde nuestras abuelas compran su ropa, porque si hay alguien que sabe de ropa, son las personas mayores. Que un jersey de hace treinta años hoy esté como nuevo, es algo sorprendente. Claro, que en esa época casi todo se fabricaba en España, en talleres pequeños, con productos locales y el precio que se estaba dispuesto a pagar era otro, porque importaba más la calidad que la cantidad.


Nosotros no hemos vivido esa lógica del consumo, somos hijos del hiperconsumismo y ahora nos encontramos ante el dilema de aprovechar las oportunidades que el desarrollo sostenible nos brinda.


Actualmente podemos encontrar moda “made in local”, así es como diseñadores/as, modistos/as se han lanzado a abrir sus talleres y a producir para una clientela que quiere desmarcarse del resto. Y sea por el motivo que sea, para llegar a ser una gran marca, para mostrar las creaciones propias o para llegar a ser un gran imperio (todos nos acordamos de los comienzos de Inditex), el caso es que la vuelta a este tipo de producción y de consumo es algo positivo.


Y muchas de estos talleres no tendrán certificaciones ni sellos que indiquen que son sostenibles, eso es tema aparte, pero sería doblemente positivo si empiezan a contar con proveedores y empleados locales, con materiales sostenibles, con un esquema de negocio que produzca los mínimos impactos posibles, y por supuesto con una máxima de ofrecer creatividad.


Ahora toca la parte en la que entramos a responsabilizarnos todos a partes iguales ¿los consumidores queremos moda local y sostenible? ¿Estamos dispuestos a pagar más?

Sería más fácil responder a esta pregunta si a la hora de contestar fuéramos capaces de reconocer el impacto de nuestros actos.


Mientras pensamos en esta reflexión, recordad que la moda es innovación, puede ser arte, nos permite expresarnos, diferenciarnos o formar parte de un grupo, la moda puede ser también crítica, puede ser muchas cosas pero hay una que debería ser siempre: sostenible.

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