Alegato por una publicidad más justa

En teoría, reitero, en teoría hace años que dejamos de ver publicidad explícitamente machista en nuestros televisores. En concreto, por la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad, en su artículo 3 se señala como ilícita la "publicidad que atente contra la dignidad de la persona". En esta ley, además, se incluyen los anuncios “que presenten a las mujeres de forma vejatoria o discriminatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados".

Decimos “en teoría” porque tristemente en la práctica no es así. Uno de los últimos ejemplos lo encontramos en la publicidad de Panrico, en el spot para promocionar el dulce Qé! podemos apreciar rápidamente una tremenda vulneración de los derechos de la mujer. El anuncio al cual nos referimos exhibe a una patinadora tumbada en el suelo, un chico se acerca, la observa y ella dice “!Ay! me duele aquí” indicando que tiene el dolor en su pantorrilla, el chico le muestra su dulce Qé! y pregunta “¿Qué? Enseguida ella rectifica “No, me duele aquí” señalando esta vez su muslo, nuevamente él vuelve a contraatacar enseñando su dulce y preguntando “¿Qué?”, finalmente ella contesta  “Aquí” señalando su trasero.

La chica que se encuentra tumbada en el suelo adopta una posición de indefensión ante el carácter autoritario del chico. Este patrón de conducta viene a recordarnos el esquema típico de dominación masculina de la sociedad del patriarcado. Este estereotipo de mujer cosificada y sometida al hombre, que deberíamos tener largamente superado, es la muestra más evidente de que algo no funciona en la publicidad actual.

Nos hacemos eco de la denuncia que ha presentado la Asociación de Consumidores en Acción, FACUA, explicando que transmite el mensaje de “dame tu caña y dejo que me masajees el culo”, expone también la vulneración de los derechos que recogen las leyes antes mencionadas.

La lamentable evidencia de que estas pautas de conducta sigan representándose en la publicidad, se agrava además en el caso que nos ocupa, al estar protagonizado por jóvenes y ser dirigido a jóvenes.

 

Hasta el eslogan que se lanza después de las imágenes, “Cómete el mundo con Qé! No es más que el sinónimo de un mensaje más oscuro, que anima a ese público juvenil a creer que una chica se vende por un dulce o que un chico puede someter la voluntad de una chica.

Si queremos construir una sociedad más igualitaria hay que trabajar para que la comunicación que alcanza a los más jóvenes sea responsable y sustentable.

Ejemplos como el de Qé! no responden al modelo de sostenibilidad publicitaria que es necesario fomentar. Pueden encubrirse tras la corriente del humor o pretextar que hay que respetar la libertad creativa, pero esto no es gracioso ni supone libertad alguna, entendamos todo, creativos y consumidores, que la publicidad no es inocua, y mucho menos para niños y adolescentes.

No obstante, no estoy afirmando que la publicidad sea mala, la publicidad bien hecha y bien entendida es una de las mejores herramientas a nuestro alcance para lograr el desarrollo sostenible. En su papel educativo, la publicidad nos enseña mejores prácticas, nos sitúa iguales y nos habla de un futuro mejor. Aleguemos todos, nuevamente, los profesionales y los consumidores, una publicidad ética y responsable, de la que disfrutemos todos, que nos haga reír, que nos enganche, que nos emocione, que nos haga reflexionar, en fin, la publicidad no es más que una fuente de sueños, en nuestra mano está que estos sean hacia un mundo mejor.

Abogo por una publicidad donde ni la mujer ni el hombre sean débiles ni agresores, abogo por la igualdad de las personas y firmo este alegato.


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Comentarios: 1
  • #1

    Air Jordan 11 Space Jam (viernes, 21 abril 2017 10:36)

    The thought of having your own shoe -- designing it from start to finish -- has likely crossed everyone’s mind who obsesses about sneakers, but it takes more than just a piqued interest in shoes to bring a piece of footwear to life.