¿Qué nos enseñó Duchamps?

Desde que iniciamos la travesía en Harca, hemos tenido muy presente lo que nos enseñó Marcel Duchamps. Es uno de nuestros referentes filosóficos, por ello, aquí va nuestro pequeñísimo homenaje en forma de post para explicar qué nos hizo ver:

Duchamp se reveló contra una actitud de “deleite estético”, lo que él denominó retinal shutter. Quería transfigurar su urinario en algo artístico. Como objeto, como forma visual, es extrañamente hermoso, tan blanco e incongruentemente etéreo, y como el arte es ... bueno, hay una pregunta para empezar ¿Es arte?

Los eminentes Neoyorquinos de la Sociedad Americana de Artistas Independientes decidieron en abril de 1917 que no lo era. No obstante poco después, viendo los tiempos que corrían en el Viejo Continente, cambiaron de idea. Los Artistas independientes se felicitaron entonces por la defensa de todo lo que era nuevo y progresista en el arte, y para garantizar la apertura a la nueva era aceptaron la idea de uno de sus directores, el propio Duchamp, de que cualquier persona que pagara una cuota de $ 6 debería ser capaz de exponer en su exposición inaugural.

Esto significaba que técnicamente no había motivos para denegar la entrada a última hora de la misteriosa obra de “R de Mutt” (pseudónimo del propio Duchamp, pero ellos aún no lo sabían, chissss...) titulado Fountain, ya que había pagado su cuota. Una reunión de emergencia, sin embargo, lo rechazó y la obra fue ocultada de la vista en la exposición. Por este motivo, Duchamp renunció a formar parte de la junta en la Sociedad Americana de Artistas Independientes.

El siguiente mes, una pequeña revista llamada *The Blind Man, que fue co-editada por Duchamp, defendió la fuente del señor Mutt:

"Si el señor Mutt hizo con sus propias manos la fuente o no, no tiene ninguna importancia. Lo eligió. Tomó un ordinario artículo de la vida, lo colocó de modo que su significado útil desapareció bajo un nuevo título y un nuevo punto de vista, y creó un nuevo pensamiento para ese objeto" (Marcel Duchamp, 1917)

Estas palabras resuenan hoy tan emocionantes, provocadoras y filosóficas como lo hicieron en el siglo XX. Una gran proporción de arte del siglo XXI tiene sus orígenes en estas palabras. El editorial de The Blind Man - cuya autoría Duchamp nunca reconoció formalmente más de lo que oficialmente reconoció ser R Mutt - es en realidad más importante que el urinario en sí, que no era su primer trabajo readymade (como se conocía a estas piezas) del arte. Más bien, se le permitió hacer explícita una idea que hasta entonces era sólo una meditación privada ¿Cómo se le ocurrió una idea así?

Su gran idea, que cualquier objeto ordinario readymadepuede ser elegido por el artista como una obra de arte, ha calado tan profundamente en la cultura moderna que él se imaginaba, casi como un profeta, como una figura remota de la autoridad artística.

No se puede negar la originalidad de la idea en sí, que sospecho que era todo lo que importaba a Duchamp. El readymade era un nuevo concepto de arte, no sólo una manera ingeniosa y ociosa de ver como son las cosas.

No es de extrañar que las discusiones más graves sobre este proceso tiendan a confundirse con la filosofía. Desde el famoso ensayo de Richard Wollheim en 1965, que tuvo el urinario como paradigma del minimal art, a las reflexiones más recientes sobre Duchamp y la estética de Kant.

Duchamp no seleccionaba cualquier objeto y lo llamaba arte. En una de sus notas en la “caja verde” se recuerda a sí mismo que tiene limitar su producción de readymades. No hay tantos y hay algo que los une a todos; su significación y propósito. Todos los objetos son industriales, él nunca nombró un paisaje o un objeto natural como una obra de arte. Vio arte en cualquier lugar y en cualquiera de las cosas de la vida cotidiana, pero específicamente en el mundo capitalista industrializado.

No hay realmente ningún otro arte como el suyo, a pesar de su infame "influencia". Descubrió algo nuevo, algo que nadie puede descubrir de nuevo. El artista más inteligente del siglo XX tuvo una gran influencia sobre la historia, Duchamp es en verdad, inimitable.